Diciembre de 1980, posiblemente era 9. Leía el diario de la noche tranquilamente en “El Orejano”, apenas llegaban al piso la punta de mis pies, las mesas de cármica siempre tenían marcas de vaso, el olor del alcohol y tabaco invadía esa esquina ( Berinduague y Conciliación) de Pueblo Victoria.